Esta es una traducción uruguayizada del poema "howl" de allen ginsberg
que perpetré a pura sensación y memoria emotiva..... jajajajaajajaajaja
Que lo disfruten:
"howluguay"
Versión libre de “Howl” de Allen Ginsberg
Ví las mejores mentes de mi generación destruídas
por la locura, famélicas histéricas desnudas,
arrastrándose al amanecer por las calles de los negros
buscando el papel rabioso,
cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión
celestial del dínamo estrellado de la maquinaria de la noche,
que pobres, andrajosos y con ojos cavernosos
se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de
los apartamentos con agua helada
flotando a través de las alturas de las ciudades
contemplando el jazz,
que pasaron por las escuelas con ojos radiantes y frescos
alucinando con Europa y Hollywood
que fueron expulsados por locos y
publicar odas obscenas en las ventanas del cráneo,
que en cuartuchos, sin afeitar y en calzoncillos,
quemaron sus libros en papeleras escuchando
el Terror a través de las paredes,
que fueron atrapados de los rulos púbicos al volver de
Brasil hacia Rocha con marihuana en el pantalón,
que comieron fuego en coloridos hoteles o bebieron trementina en
el Chuy, matando o purgando sus
torsos noche tras noche
con sueños, con drogas, con pesadillas despiertas,
alcohol y pija y bolas sin fin,
ceguera incomparable; calles de nubes vibrantes y
relámpagos en la mente saltando hacia los polos
iluminando todo el mundo inmóvil del Tiempo entre,
solidarias tripas en los vestíbulos,
amaneceres en el cementerio del árbol verde,
borrachera de vino en las azoteas,
puestos municipales de neón estridente
luces de tráfico parpadeantes,
vibraciones de sol, luna y árboles
en los rugientes crepúsculos de invierno de la City,
estrepitosos tarros de basura
y una regia clase de iluminación de la mente,
que se encadenaron sí mismo a los ómnibus para el viaje
infinito desde Carrasco a la santa Aduana, de cocaína,
hasta que el ruido de las ruedas y los niños empujándolos
los hizo bajar con los dientes podridos temblando
y los cerebros absolutamente secos de esplendor
en la triste luz del Zoo,
que se hundieron toda la noche en la luz submarina del Bacilón
flotando a la deriva y sentados junto a la añeja cerveza después
del mediodía en el desolado Parque,
escuchando el crujido del destino en la caja de música,
que hablaron setenta horas seguidas desde el Parque
a la playa al boliche a Palermo al museo al Barrio Sur,
batallón perdido de conversadores platónicos saltando
de las escaleras de escape de los edificios
de Pocitos hacia la luna,
gritando incoherencias, vomitando, susurrando hechos
y recuerdos y anécdotas y patadas en la bola del ojo
y traumas de hospitales y cárceles y guerras,
intelectos enteros disgregados en amnesia por siete días
y noches con ojos brillantes,
carne de Sinagoga arrojada al pavimento,
que se desvanecieron en ninguna parte de Zen Canelones
dejando un reguero de ambiguas postales ilustradas del Hotel del Prado,
sufriendo sudores orientales y asmas colombianas
y migrañas de Paraguay
en las salas sin muebles del Buceo
que dieron vueltas y vueltas en la medianoche por
el Control preguntándose adónde ir, y se fueron,
sin dejar corazones rotos,
que prendieron cigarrillos en buses buses buses traqueteando
por el polvo hacia granjas solitarias en la noche
que estudiaron TaoTeKing Poe Castaneda telepatía
y yoga debido a que el cosmos instintivamente
vibraba bajo sus pies en El Polonio,
que solos por las calles de Floripa buscaban
ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios,
que pensaron que eran los únicos locos cuando La Pedrera
destellaba en éxtasis sobrenatural,
que saltaron en limusinas con el Chinaman de Pando
impulsados por la lluvia en pueblos pequeños
y la luz callejera de la medianoche del invierno,
que haraganeaban hambrientos y solos por San Pablo
buscando jazz o sexo o sopa,
que desaparecieron en los morros "brasileiros" dejando
tras sí nada excepto la sombra de la mierda
y la lava y la ceniza de la poesía quemada en Punta Carretas,
que agujerearon sus brazos con cigarros encendidos protestando
contra la bruma narcótica del tabaco del Capitalismo,
que distribuyeron panfletos Supercomunistas en Villa Biarritz
sollozando y desvistiéndose mientras las marchas militares los deprimían,
y se deprimía Uruguay,
y el Vapor de la Carrera también se deprimía,
que rompieron a llorar en blancos gimnasios desnudos
y temblorosos frente a la maquinaria de otros esqueletos,
que mordieron detectives en el cuello y chillaron con placer
en autos policiales por no cometer otro crimen más que su
propia pederastia salvaje y su intoxicación,
que perdieron a sus amantes por las tres viejas musarañas del destino
la musaraña tuerta del dólar heterosexual
la musaraña tuerta que hace guiños con la concha
y la musaraña tuerta que no hace nada sino
sentarse sobre su culo y cortar las hebras doradas
intelectuales del vislumbre del artesano,
que cogieron estáticos e insaciables con una botella de
cerveza un amor un paquete de cigarrillos una vela
y se cayeron de la cama, y continuaron en el
suelo y por los pasillos y terminaron desmayándose
contra la pared con una visión de la última concha y
llegaron a eludir el último atisbo de conciencia,
que endulzaron las conchitas de un millón de chicas temblorosas
en el ocaso, y tenían los ojos rojos en la mañana
pero preparados para endulzar esas conchitas al sol
naciente, encendiendo nalgas en la playa y desnudos
en el lago,
que iban de putas a Pando por miríadas en
autos robados por una noche
que se devanecieron en vastas películas sórdidas, se transformaron
en sueños, despertaron en un repentino Montevideo, y
se encontraron a sí mismos fuera de los sótanos con
descorazonados cuadritos y los horrores de los
sueños de hierro de Dieciocho
y tropezaron con las oficinas de desempleo,
que caminaron toda la noche con sus zapatos llenos de sangre
en los muelles esperando una puerta en la Ciudad Vieja
para entrar a un cuarto lleno de vapor caliente y faso,
que crearon grandes dramas suicidas en el apartamento
de los barrancos de Punta Gorda bajo el rayo azul
de la luna de tiempo de guerra y sus cabezas serán
coronadas con el laurel del olvido,
que comieron la cazuela de cordero de la imaginación o digirieron
cangrejos del fondo lodoso de los ríos,
que lloraron por el romance de las calles con sus
carritos llenos de panchos y mala música
y se sentaron en cajas respirando en la oscuridad bajo el puente,
y se levantaron para construir arpas en sus talleres,
que garrapatearon toda la noche rocanroleando sobre elevadas
encantaciones
que en las amarillas mañanas eran estrofas sin sentido,
que cocinaron animales podridos pulmones, corazón, pata ,cola,
y tortilla, soñando con el puro reino vegetal,
que se zambulleron en camiones de carne buscando un huevo,
que tiraron sus relojes desde la azotea para dar su voto
a la Eternidad fuera del Tiempo
y los despertadores cayeron sobre sus cabezas
todos los días por la siguiente década,
que se cortaron las muñecas tres veces seguidas sin éxito,
se rindieron y fueron forzados a abrir casas de antiguedades
donde pensaron que se ponían viejos y lloraron,
que fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela
en la calle Bacacay entre ráfagas de versos plomizos
y el parloteo borracho de los regimientos de acero de la moda
y los chillidos de nitroglicerina de los mariquitas de la publicidad
y el gas mostaza de los editores siniestramente inteligentes,
o cayeron de los taxis ebrios de Absoluta Realidad,
que saltaron desde el Puente
y quedaron desconocidos y olvidados
en el aturdimiento fantasmal de los callejones de sopa
y camionetas de policía del Centro,
ni siquiera una cerveza gratis,
que cantaron por las ventanas desesperados
que condujeron a campo traviesa setenta y dos horas para averiguar
si yo tenía una visión o tú tenías una visión o el tenía una visión
para encontrar la Eternidad,
que viajaron a Rocha, murieron en Rocha,
volvieron a Rocha y esperaron en vano, velaron en Rocha
y meditaron y se sintieron solos en Rocha
y finalmente se fueron, para encontrar el Tiempo,
(Rocha es solitaria para sus héroes),
que cayeron de rodillas en catedrales sin esperanza rezando
por la salvación de cada uno y la luz y los pechos,
hasta que el alma iluminó su cabello por un segundo,
que chocaron con sus mentes en la cárcel esperando
imposibles criminales con cabezas doradas
y elencanto de la realidad en sus corazones
que cantaban dulces blues a Punta Carretas,
que se retiraron a Brasil para no perder el hábito,
o a Santa Catarina para ofrecerse a Buddha o a Londres a los muchachos
o al Barrio Sur a la locomotora negra o a la Universidad a Narciso,
que exigieron juicios de cordura acusando a los ómnibus de insanos
y fueron dejados con su locura y sus manos a un jurado rabioso,
que arrojaron papas saladas a los conferencistas
y subsecuentemente se presentaron ellos mismos en
las baldosas de granito del manicomio con cabezas rapadas
y un discurso arlequinesco de suicidio, demandando
lobotomía instantánea,
recibiendo a cambio la nulidad concreta de las bolas
Prozac electricidad hidroterapia psicoterapia quimioterapia
terapia ocupacional ping pong y amnesia,
que en seria protesta dieron vuelta a una simbólica
mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia,
volviendo años después verdaderamente calvos con una peluca
de sangre, y lágrimas y dedos, la visible fatalidad del hombre loco
de los pupilos de los pueblos locos occidentales,
salas fétidas del Piñeyro y Vilardebó,
discutiendo con los ecos del alma,
rocanroleando
en la soledad-banca-dolmen-reinos del amor de medianoche,
sueños de una vida de pesadilla,
cuerpos convertidos en roca tan pesados como la luna,
con mi madre finalmente ******, y el último libro fantástico
arrojado por las ventanas del departamento, y la última
puerta cerrada a las 3 A.M. y el último teléfono
destrozado contra la pared en respuesta
y el último cuarto amueblado vaciado hasta el último mueble mental,
una rosa de papel amarillo pegada a una percha de alambre en el ropero
e incluso eso imaginario,
nada, sino un poco de esperanzadora alucinación,
que soñaron y encarnaron brechas en el Tiempo y Espacio
a través de imágenes yuxtapuestas,
y atraparon al arcángel del alma entre 2 imágenes visuales
y unieron los verbos elementales
para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa
humana y ponerse frente a tí sin palabras e inteligentes
y sacudirse con vergüenza, rechazados pero con el alma confesa
para conformarse al ritmo del pensamiento en su cabeza desnuda y infinita,
el vagabundo loco y el ángel latiendo en el Tiempo, desconocidos,
incluso poniendo aquí lo que podría dejar de ser dicho
en tiempo de volver después de la muerte,
y surgieron reencarnados en los trajes fantasmales del bendonca
en la sombra de la lonja dorada de la comparsa y exhalaron por amor
el sufrimiento de la mente desnuda de América
que llora estremeciendo las ciudades hasta la última radio
con el corazón absoluto del poema de la vida extirpado
fuera de sus propios cuerpos bueno para comer mil años.